• Inicio
  • Acerca de mi
  • Categorias
    • Mi camino profesional
    • Historias de proyectos
    • Reflexiones
  • Contacto

© Eduardo Glz. Desarrollado por Fraktalweb.

Cuando el cliente quiere que seas su “todólogo digital”

Historias de proyectos Ago 30, 2025

Hay un momento en la vida de todo emprendedor donde, sin darte cuenta, dejas de ser lo que eres para convertirte en lo que el cliente necesita en ese instante.

En nuestro caso, empezamos siendo desarrolladores de software y diseñadores de sitios web… y terminamos convertidos en un call center de soporte técnico universal.

¿No funciona el Internet?

Márcale a Eduardo.

¿La impresora dejó de jalar?

También márcale a Eduardo.

¿Se cayó el Wi-Fi de toda la oficina?

Adivina… márcale a Eduardo.

Así, poco a poco, pasamos de ser proveedores de soluciones digitales a ser “el primo que sabe de computadoras”. El problema: el primo no cobra. Nosotros sí debíamos hacerlo, pero como al inicio no sabíamos decir que no (primer error clásico de emprendedor novato), cada petición la atendíamos aunque estuviera fuera de nuestro servicio.

Recuerdo perfecto un día en el que terminé comprando cable para improvisar una conexión en la oficina de un cliente, con la esperanza de que funcionara. Spoiler: funcionó, pero me dejó clarísimo que algo no iba bien. Mi especialidad no era ser técnico de redes, pero ahí estaba, haciendo malabares como si lo fuera.

Y aquí viene lo importante: poner límites.

Dejamos de regalar horas de soporte que no correspondían y empezamos a cotizar cada servicio extra. Si querían más allá de lo que ofrecíamos, perfecto: se cotiza y se paga. Poco a poco el mismo cliente fue entendiendo cuál era nuestro verdadero expertise.

Hoy lo veo así:

  • Decir que sí a todo te hace quedar bien al inicio, pero te mata a la larga.
  • El cliente necesita saber cuál es tu propuesta real de valor, no confundirse con que eres su todólogo de confianza.
  • Y sobre todo: cuando aprendes a decir que “no” (o a decir “sí, pero cuesta”), empiezas a ser visto como un profesional, no como un favoroso disponible 24/7.

Al final, descubrimos que el verdadero valor no está en resolver todo, sino en especializarnos y aliarnos. Si alguien necesitaba cableado de red, buscábamos un experto en eso. Si había un tema de impresoras, lo mismo. Pero nosotros ya no aceptábamos cargar con problemas que no eran nuestros.

Porque una cosa es ser partner de tu cliente.

Otra muy distinta es ser su chico de los recados tecnológicos.

Compartir
Facebook Twitter Linkedin
Nuevos Antiguos

Leave A Comment